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La muñeca Mandy

No es la primera vez que hablamos de muñecos malditos por estos lares (aqui podrás encontrar el post sobre Robert) y que es que hay una larga lista de estos objetos que cuentan con historias realmente terroríficas. Si hay una muñeca que pone los pelos de punta por su aspecto, es Mandy y es que su rosto agrietado nos recuerda un poco al de Chucky en sus mejores momentos del cine.

Mandy es una muñeca antigua que se hizo en Alemania y fue donada al Museo Quesnel (Canadá) en 1991 por su propietaria quien alegaba que en casa sucedían cosas extrañas en presencia de tal objeto. Tal vez un día fuera una adorable muñeca de porcelana, no dudamos de ello, pero el tiempo no pasa en balde y, aunque desconocemos que pudo ocurrirle, parece que algo oscuro se enquistó en ella, pues los fenómenos paranormales no han dejado de seguirla y hoy es considerada la «antigüedad mas malvada de Canadá»

Lo poco que sabemos de Mandy

Se calcula que Mandy fue creada entre 1910 y 1920, quizá en Inglaterra o en Alemania, por el tipo de fabricación y los materiales (se cree que puede tener una antigüedad de 115 años o más).

Sea como sea, tuvieron que pasar más de 70 años hasta que volvió a ver la luz. Fue en 1991, cuando Mandy prácticamente caía contra el escritorio de Ruth Stubbs, la conservadora del Museo Quesnel, en la Columbia Británica (Canadá). Su dueña la soltó allí, visiblemente angustiada, asegurando que la muñeca había pertenecido a su bisabuela y que debido a su lamentable estado, quería deshacerse de ella y evitar que su hija le cogiera cariño y jugara con ella.

La dueña además alegaba que sucedían cosas extrañas cuando la muñeca estaba en casa; Se escuchaban llantos de bebés provenientes del sótano, y cuando la propietaria entraba a mirar que sucedía se encontraba que en dicha estancia no había nadie… solo ella… y las ventanas abiertas.

Según la mujer, después de donar la muñeca los fenómenos paranormales cesaron inmediatamente.

Mandy se queda en el museo

Ruth Stubbs aceptó la muñeca y se quedó con ella. Al parecer, no sólo el aspecto de Mandy, con sus grietas y golpes resultaba algo inquietante, como declaró la conservadora: «había en ella algo terrible, transmitía la sensación de un niño real aterrado«. No obstante, como buena profesional, achacó esta angustiosa sensación a la apariencia de la pieza y procedió a prepararla para un examen en el que evaluarían su estado de conservación. Para ello, envolvió a Mandy en plástico y la dejó en su mesa de trabajo, en una zona común del museo. ¿Adivinas qué ocurrió cuando el resto del personal la vió? Cada uno de ellos manifestó que su presencia causaba escalofríos

Una vez se comprobó que no había insectos o moho en ella, Mandy estaba lista para la sesión de fotografías de rigor que todas las piezas del museo pasan antes de ser presentadas ante el público. No ocurrió nada sobrenatural durante esta sesión y las imágenes se llevaron a revelar al laboratorio toda la noche. Cuando la fotógrafa y su pareja entraron en este, al día siguiente, quedaron en shock: todos los objetos de escritorio de la habitación estaban tirados por el suelo, de cualquier forma. Pero la poca simpatía de Mandy por las instantáneas no terminaba aquí. Ruth explicó que aquel mismo día entró en su despacho la fotógrafa, tremendamente pálida, contaba que mientras revelaba otras fotografías pudo notar un suspiro junto a su oreja y seguidamente un objeto cayó de la estantería.

La fotógrafa del museo no es la única que ha podido experimentar el rechazo de Mandy por las cámaras, cada vez que se le intenta hacer una fotografía o grabarla en vídeo, quien está al otro lado de la lente, siente como si la muñeca maldita no quisiera ser fotografiada. Incluso hay quienes han experimentado errores de funcionamiento en sus dispositivos únicamente en la sala en la que ella se encuentra.

Pero la cosa no queda aquí, ya que otros sucesos extraños comenzaron a ocurrirles a los miembros del personal del Museo Quesnel y a visitantes:

La maldición de Mandy

No se conoce mucho acerca de la historia de Mandy anterior a su última dueña, pero circula una leyenda acerca de su maldición. Se dice que Mandy era en realidad la muñeca predilecta de una niña que fue encerrada o quedó atrapada en un sótano. Al morir la niña, su espíritu quedó atrapado dentro de la muñeca. Años después de esto, la muñeca fue encontrada en el sótano, justo donde su dueña decía escuchar el sonido de un niño llorando.

Con el tiempo, desde la institución llamaron a un experto conservador de antigüedades de Surrey, quien aseguraba tener habilidades para «percibir las energías y vibraciones de los objetos». 

Tras evaluar a la muñeca, el experto aseguró «que había sentido miedo al tocar a la muñeca»…sintió que el espíritu de Mandy había sufrido muchos maltratos y todo culminaba con una muerte, Mandy había absorbido mucha energía negativa y había un ente por lo tanto pegado a ella.

No hay evidencia de que la historia sea cierta. Pero la gente todavía va al Museo de Quensel, esperando ver a Mandy actuar. Esta claro que el espíritu que parece vivir en Mandy esta triste y solo busca amor y cariño…


En 2018 llevaron al cine una versión menos amable de Mandy en el film llamado: MANDY THE HAUNTED DOLL. Una muñeca con la cara desfigurada mezcla entre Anabell y Chucky que solo tiene ansias de matar a todo el que se le acerca. Os dejo por aquí su trailer:

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