En el post anterior hablamos de los fantasmas que habitan dicha mansión y que se han dejado ver en numerosas ocasiones recorriendo sus pasillos y dando algún que otro susto a los valientes que se atreven a hospedarse allí, pero si algo le dio especial fama a esta casa en el campo paranormal es un espejo que llegó allí al poco de la construcción de la hacienda; los huéspedes de la finca han informado de figuras que salen de el espejo, así como haber visto huellas de manos de tamaño infantil impresas, a veces, en el cristal.
El espejo de la plantación Myrtles llega a los Estados Unidos al poco de construir la casa y su leyenda surge en las dos últimas décadas del s. XIX. Fue traído desde Europa, era un espejo precioso, con detalles en color dorado que resaltaba y engrandecía su belleza, un espejo ideal para cualquier mansión.
La leyenda cuenta que el espejo contiene el espíritu de Sara Woodruff y dos de sus hijos; ellos fueron envenenados por Chloe, la sirvienta, y aunque la costumbre dictaba que los espejos deben ser cubiertos después de la muerte para evitar que los espíritus quedasen atrapados, este espejo no estuvo cubierto tras los fallecimientos, por lo que existe la creencia es que sus almas están encarceladas en dicho objeto.
Durante décadas la gente ha dicho que ven cosas muy raras sucediendo dentro del mismo: los reflejos de quienes se ven en él a veces aparecen distorsionados de manera horrendas, otras veces dicen que una mujer y varios niños pueden verse reflejados con rostros descompuestos, se han visto moscas orbitando por las cuencas vacías de los ojos de sus habitantes, que aún desde la muerte te miran donde vayas. Cuenta la leyenda que se pueden ver huellas diminutas en él por las mañanas, que durante la noche figuras humanoides salen de su interior para recorrer las habitaciones de la casa, al reubicarlo en otras estancias hace que cambie bruscamente la temperatura en ellas y muchas son las personas que han escuchado un «help me» en las inmediaciones del espejo con voz de niño.
Así pues, el espejo de la plantación Myrtles se convirtió en uno de los objetos más temidos del mundo y hasta hace unos años estuvo custodiando la plantación pero debido a su macabra reputación fue donado al museo de los Warren donde se guarda hasta el día de hoy.
Bloody Culture 