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El asesino payaso

«Flotan, Georgie. Y cuando estés aquí abajo, conmigo, tú también flotarás.»… Todos recordamos esta famosa frase de la película de It. Pennywise, el payaso asesino protagonista de este film nos causó a mas de uno alguna que otra pesadilla nocturna y seguro que en mas de una persona desató la fobia por los payasos. La cara terrorífica de este personaje que ficticiamente vive en una alcantarilla y mata niños a lo largo de los siglos tuvo su álter ego en la realidad…

John Wayne Gacy conocido también como Pogoel payaso o El payaso asesino, fue un asesino en serie estadounidense que violó y mató a 33 muchachos, en su mayoría menores, entre 1972 y 1978.

“Fue una de las escenas de crímenes más horribles en la historia de Estados Unidos”…y es que lo que se encontró en el sótano de la casa de este monstruo real no se puede describir con palabras…

Quién fue John Wayne Gacy 

John Wayne Gacy nació el 17 de marzo de 1942, en Chicago (Illinois). Su infancia no fue agradable. Su padre era alcohólico y maltrataba a su esposa e hijos, incluido el pequeño John, al cual despreciaba y golpeaba. Cuando tenía nueve años sufrió abusos sexuales por parte de un amigo de la familia, pero guardó silencio. De igual manera, sufrió bullying en el colegio debido a su obesidad, lo que provocó que se encerrara aún mas en sí mismo.

A todo ello se le sumaban los constantes problemas de salud que sufría. Eran frecuentes los mareos, que bien podían deberse a un accidente que sufrió con nueve años cuando se cayó de un columpio y se golpeó con fuerza la cabeza; o bien a los fuertes golpes que su padre le propinaba. Lo cierto es que todo se tradujo en un coágulo en el cerebro que le hacía perder la conciencia de manera momentánea, y también le impedía concentrarse.

Con 18 años, John decidió poner tierra de por medio con su familia y se trasladó a Las Vegas (Nevada) donde comenzó a trabajar como conserje en una funeraria. Este trabajo acrecentó su fascinación por la muerte. Logró graduarse en una escuela de negocios y, en 1964, contrajo matrimonio con Marlynn Myers, con la que tuvo dos hijos. La familia se mudó a Iowa, donde John dirigió varias franquicias de la cadena KFC, propiedad de su suegro.

John Wayne Gacy se convirtió en un miembro reconocido, y también admirado, de su comunidad. Pero nada más lejos de la realidad, John tenía una doble cara: la de vecino amable y la de vecino que transformaba el sótano de su casa en una especie de club donde cometía todo tipo de ilegalidades. Precisamente su estatus social le facilitó el acceso a menores, a los cuales convencía para mantener relaciones de todo tipo. Su primer matrimonio terminó después de ser detenido el 10 de mayo de 1968 y declarado culpable por el intento de violación de varias empleadas adolescentes . Fue sentenciado a 10 años de prisión por este crimen, pero después de 18 meses recluido en la penitenciaría estatal de Anamosa salió en libertad condicional el 18 de junio de 1970, debido a su buen comportamiento. No volvió a ver a su exmujer ni a su hija biológica.

Se casó por segunda vez el 1 de julio de 1972 con Carole Hoff, una mujer divorciada que conoció en la secundaria, amiga de una de sus hermanas. Carol, junto a sus dos hijos, se mudaron con él. Su segundo matrimonio terminó cuando Carole Hoff se divorció de él en marzo de 1976. Se convirtió en un importante y respetado miembro de la comunidad. Además de su show como payaso, se hizo partícipe activo del Partido Demócrata como voluntario para limpiar las oficinas del partido. Finalmente se convirtió en vocal de mesa. En este puesto fue capaz de conocer, e incluso ser fotografiado con la entonces primera dama Rosalynn Carter. En 1978 colabora con el Partido Demócrata pintando gratis sedes del partido. Dirigió el desfile de la Constitución polaca el 4 de mayo de 1978 y ganó peso en el ámbito político local.

Los crímenes

Nos remontaremos a 1971, en esta fecha después de salir de la cárcel, Gacy compró una casa en una zona anónima de Norwood Park Township. Allí estableció su propio negocio dedicado a la construcción, PDM Contracting.

En julio de 1971 conoció a un joven, Michael Reed, que fue contratado por Gacy para su empresa de reformas, a cambio de alojamiento y favores de índole sexual. Gacy golpeó al chico en la cabeza con un martillo pero este tubo la suerte de escapar al día siguiente sin llegar a suceder nada peor. El 2 de enero de 1972 recogió a un chico de 15 años, Timothy McCoy. Al día siguiente lo mató a puñaladas en su propio domicilio y lo enterró bajo su casa, siendo el primer asesinato confeso de Gacy. Esto causaba malos olores y atraía moscas a su domicilio.

Hacia 1975, Carole Hoff sospechaba que las continuas ausencias nocturnas de su marido no eran por trabajo, sino para mantener relaciones sexuales con adolescentes en el sótano de su casa, aunque no imaginaba los crímenes que allí mismo se cometían. El 29 de julio de 1975, John Butkovitch, de 16 años, fue asesinado, tras una pausa delictiva de más de tres años. El posterior divorcio de Gacy, en marzo de 1976, le permitió tener más tiempo y más espacio para sus actividades, iniciando una dramática escalada de crímenes a un ritmo de uno cada tres o cuatro semanas.

En junio de 1978 y tras asesinar a Timothy O’Rourke, de 20 años, tuvo que abandonar el cadáver en una zona fluvial, ya que no cabían más cadáveres enterrados en la casa.

Ninguna sospecha recayó en Gacy hasta el 12 de diciembre de 1978, cuando fue investigado después de la desaparición del adolescente de 15 años Robert Piest, a quien su compañera de trabajo vio por última vez camino a una entrevista de trabajo en casa de Gacy. Un registro en casa y un interrogatorio a John, en Norwood Park, reveló contradicciones e incongruencias y además encontraron diversos artículos relacionados con otras desapariciones. Curiosamente fue arrestado días más tarde por tráfico de drogas y no por las numerosas pruebas halladas.

El 22 de diciembre de 1978, Gacy acudió a sus abogados y confesó sus crímenes, harto de la constante vigilancia policial. Confesó haber matado a 33 individuos e indicó la ubicación de 29 de los cuerpos a la policía. Estaban enterrados en su propiedad. Llegó incluso a presentar a la policía un plano con la ubicación exacta de los cadáveres. Para el día 29 de diciembre de 1978, tras 6 días de excavaciones, la policía ya había desenterrado a 27 cuerpos. Las otras cuatro víctimas, dijo, las había arrojado al cercano río Des Plaines.

 Los individuos más jóvenes tenían solo catorce años y el mayor veintiuno. Siete de las víctimas nunca fueron identificadas. Los cuerpos fueron descubiertos desde diciembre de 1978 hasta abril de 1979, cuando la última víctima conocida, Robert Piest, fue hallada en el río Illinois.

En 1998, mientras se realizaban reparaciones en el estacionamiento trasero de la casa de la madre de Gacy, las autoridades encontraron restos de al menos cuatro personas más.

En 2010, se reabrió el caso. Desenterraron 8 de los cuerpos que a la fecha no habían podido ser identificados y gracias a los avances tecnológicos, se extrajo ADN de las víctimas y se pudo identificar a la víctima #19 como William George Bundy. Más tarde en 2017, se logró identificar a otro joven; víctima #24 James Byron Haakenson. En 2021, se logró identificar a otra víctima de Gacy, Wayne Alexander. Al día de hoy quedan 5 víctimas de John Gacy sin identificar.

Un asesino en la piel de un payaso

John Wayne Gacy se disfrazaba de “Pogo, el payaso”, para divertimento de niños y niñas. Sin embargo, mientras mostraba su cara más simpática, asesinaba y realizaba toda serie de atrocidades. De esta forma, sus andanzas sexuales prosiguieron por años mientras permanecía escondido detrás de un disfraz del honorable y divertido payaso Pogo, que en nada se correspondía con el verdadero monstruo John Wayne Gacy. Su modus operandi era siempre el mismo: convencía a jóvenes con ofertas de trabajo, proporcionarles sustancias ilegales o visualizar películas pornográficas. A continuación, los dormía con cloroformo y una vez inconscientes, los jóvenes eran torturados, agredidos sexualmente y asesinados mediante estrangulación.

El juicio y el fin

El 6 de febrero de 1980 comenzó el juicio de Gacy en Chicago. Durante el juicio, se declaró inocente, alegando problemas de orden mental. Sin embargo, su testimonio fue rotundamente rechazado, ya que se le realizaron estudios, dando resultados negativos, es decir, que no tenía ni padecía de problemas mentales. En un momento del juicio, la defensa de Gacy intentó afirmar que los 33 asesinatos fueron muertes accidentales, pero el forense del condado de Cook demostró con evidencia que estas afirmaciones eran imposibles. Además, Gacy ya había confesado a la policía y era incapaz de suprimir tal evidencia.

John Wayne Gacy fue hallado culpable el 13 de marzo y fue sentenciado a varias cadenas perpetuas y varias penas de muerte. Durante los últimos años de su vida se dedicó a vender pinturas y dibujos que realizaba en prisión bajo el apodo de Pogo (algunos de sus dibujos y parte de su traje de payaso original se pueden observar a día de hoy en el museo de la muerte del que hemos hablado en este post).

Además, durante su estancia en prisión concedió varias entrevistas de gran valor forense. En el documental de Netflix Conversaciones con asesinos: Las cintas de John Wayne Gacy se muestran las conversaciones reales que fueron grabadas durante los años que paso recluido.

Fue ejecutado por inyección letal el 10 de mayo de 1994. Sus últimas palabras revelan su personalidad y su no arrepentimiento por sus atroces crímenes.

El perfil psicológico de John Wayne Gacy

Más allá del escándalo mediático provocado por los crímenes de Gacy, la personalidad del “payaso asesino” se convirtió en un tema de interés para las ramas psiquiátricas.

Así fue como diversos expertos comenzaron a especular sobre las razones que llevaron a Gacy a volverse un violador y asesino serial a la par de mantener una vida “normal”. Muchos aseguraron que esto fue provocado por el abuso que recibió de su padre y el mal tratamiento de una conmoción cerebral durante la preadolescencia. Otros señalaron que sus conductas violentas fueron detonadas por su propia homofobia; al no aceptar su orientación sexual, Gacy se redimía asesinando a los hombres con los que tenía sexo. Curiosamente, la mayoría de sus víctimas fueron hombres heterosexuales.

John Wayne Gacy: la historia del payaso asesino que escandalizó a una nación

Poco después de su muerte, el cerebro de Gacy fue donado a la ciencia para su estudio. Después de meses, se reveló que no había ninguna anomalía que lo obligara a actuar sádicamente, como lo habían dicho sus abogados. También se negó la existencia de un gen que causara que él y sus posibles descendientes, predisposición hacia el asesinato o la violación. Tras la divulgación del veredicto científico, su única hija, con la que Gacy nunca mantuvo una relación, pudo respirar tranquila por primera vez en un lustro.

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