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Poltergeist: su maldición

Todos recordaremos a esta película por esa icónica imagen de una pequeña niñita rubia junto su osito de peluche poniendo sus manitas delante de un televisor con interferencias y es que este filme marcó a varias generaciones y se posicionó como una de las mejores pelis de terror de todos los tiempos. Pero, lo que igual no todo el mundo sabe, es que esta filmación estuvo marcada por una serie de trágicos sucesos durante y fuera de rodaje que la han llevado a ganarse el calificativo de película maldita junto con otros títulos como «El cuervo», «La profecía», «En los limites de la realidad» ,«El exorcista« (que ya comentamos en otro post) o «La semilla del diablo«.

En el género del terror, este filme está dentro de la lista de las joyas clásicas y marcó un antes y un después en este género. Se encuentra dirigido por Tobe Hooper (“La Matanza de Texas” 1974) y es una historia del fantástico Steven Spielberg, que en su momento no pudo dirigirla porque debía elegir entre esta y E.T. el extraterrestre (ya que la Liga de Directores de América prohíbe dirigir dos filmes al mismo tiempo). A pesar de esto, varias personas que participaron en el rodaje causaron gran controversia ya que afirmaron que Spielberg metió la nariz mas de lo que se pensaba y rodó toda la película completa, aunque el director lo ha negado en más de una ocasión.

La historia de esta película nos cuenta la historia de la familia Freelings que comienza a vivir sucesos paranormales en su nuevo hogar ubicado en California ( E.E.U.U.), la cual sospecha que tiene una entidad paranormal viviendo bajo su techo y que es la causante de los fenómenos inexplicables.

El elenco estuvo conformado por Heather O’Rourke, que dio vida a la dulce niña «Carol Anne», personaje para el cual también audicinó Drew Barrymore ( a quien veríamos después en E.T.); JoBeth Williams que interpretó a la madre de familia «Diane Freelings»; Craig T. Nelson fue «Steven» cabeza de la familia Freelings, Oliver Robins y Dominique Dunne fueron «Robbie» y «Danna», respectivamente; mientras que Zelda Rubinstein interpretó a «Tangina Barrons», la médium que ayuda a la familia. 

El comienzo de su maldición

Son famosos los rumores sobre sets de filmación que se quemaron sin explicación y objetos que desaparecieron sin que nadie los tocara durante un rodaje, pero esta cinta esta especialmente marcada por la serie de muertes prematuras que se produjeron durante y después de su grabación.

Toda maldición tiene un comienzo y parece que esta empieza con el asesinato de Dominique Dunne, quien interpretó a Danna, la hermana mayor de Carol. Se encontraba en una relación con un hombre muy controlador, quien no aceptó que lo abandonara. Por lo que, en una noche de discusión, la estranguló al punto de que perdiera la consciencia. En ese momento, la intérprete iba a cumplir 23 años.  Fue el 31 de octubre de 1982, alrededor de cuatros meses después del término de la filmación de la película cuando la joven actriz fue encontrada inerte, en coma cerebral debido a la falta de oxígeno, sobre el césped en West Hollywood y a su lado arrodillado se encontraba a su presunto asesino, su exnovio John Thomas Sweeney. La muchacha, al cabo de unos días, falleció en el hospital por muerte cerebral. Según lo que declaró su ex novio, lo hizo por “haber sufrido un ataque de ira”, hecho por el cual fue sentenciado, pero tiempo después, fue liberado después de cumplir menos de cuatro años en prisión.

Los esqueletos malditos

JoBeth Williams fue quien encarnó a Diane, la madre de la familia. La actriz se enfrentó a la polémica escena de la piscina, que se encontraba llena de esqueletos humanos, los cuales se dice que eran totalmente reales. Según ella, dicho momento la marcó de por vida y aunque no sufrió ningún accidente terrible, como sus otros compañeros, no se ha salvado de los fenómenos paranormales. Ha confesado que sintió que una presencia extraña la acosaba, y que hubo una vez en la que volvió a su casa y se encontró con los cuadros torcidos. Muchos creen que estos esqueletos reales, que se usaron en la filmación, fueron los causantes de todos los sucesos posteriores.

La muerte prematura de Carol

La estrella de la película, sin duda, es la pequeña Carol. Ella fue elegida en el proceso de selección por el propio Spielberg, quien se dice que la atemorizaba para que sintiese miedo real en la audición. La pequeña Heather contó en entrevistas que le tenía mucho miedo a estos largometrajes de terror y parece que, en el rodaje de uno de éstos, se llevó consigo parte de la oscura maldición. Durante la grabación de la tercera entrega, la actriz empezó a sentir dolores estomacales fuertes y los médicos no pudieron detectar a tiempo su enfermedad. Falleció a los 12 años, apenas terminada la filmación, por una estenosis intestinal aguda, por la cual también sufrió un paro cardíaco.  Hubo que recurrir a otra niña que ofició de doble para las retomas de algunas escenas.

El payaso mecánico que casi mata a Oliver Robins

Otro de los hermanos Freeling, también se vio obligado a enfrentarse a dicha “maldición”. Afortunadamente, el hoy escritor de más de 50 años sigue vivo y puede contar su versión. Él fue quien dio vida a Robbie. El tenía que filmar una escena en donde debía luchar con un payaso mecánico. Pero durante la grabación hubo un problema eléctrico con la máquina, el cual hizo que el payaso lo atacara realmente y lo estrangulara. Desde producción, rápidamente se dieron cuenta que no estaba actuando y lo vieron poniéndose de color azul. Milagrosamente, se salvó.

Una muerte en la segunda entrega

Julian Beck entró a formar parte del proyecto en la segunda entrega de Poltergeist, llamada “El otro lado”. Él era quien le dio vida al malvado Reverendo Kane. Durante el rodaje de la cinta, falleció a causa de un cáncer de estómago. Los síntomas de la enfermedad eran palpables en su rostro y a pesar de ello decidió seguir trabajando. Es por eso que, en producción, creyeron oportuno aprovechar su aspecto sombrío y demacrado, para poderle dar más verosimilitud al papel. La interpretación fue tan excelente que causó mucha impresión en los espectadores.

Richard Lawson y el vuelo de la muerte

Otro de los extraños sucesos fue el que le ocurrió al intérprete de Ryan, el parapsicólogo de la primera entrega. Actualmente, tiene 73 años y también sigue vivo para contarlo. En 1992 tenía que tomar un vuelo, que acabó siendo el vuelo del terror. En el momento en que puso un pie en el avión, contó que tuvo un mal presentimiento. Para evitar que fuera reconocido por los pasajeros y se armara revuelo, fue cambiado a primera clase por cuestiones de seguridad dejando su asiento a otro pasajero. Este aeroplano presentó algunos problemas técnicos durante el despegue y acabó estrellándose casi antes de salir, el saldo de muertes de dicho accidente ascendió a 27. Los fallecidos, curiosamente, se encontraban en el asiento o al rededor de este donde debía haber estado Lawson sentado en un origen.

Más muertes en la segunda entrega

Otro de los fallecidos fue el actor Will Sampson, quien apareció en la segunda entrega de la trilogía. Murió después del estreno de la cinta, a sus 54 años, víctima de una complicación durante el posoperatorio de un trasplante de corazón. Contó en varias ocasiones que tuvo una sensación extraña en el set de rodaje. Él era quien interpretaba a un Chamán llamado Taylor, pero en la vida real también oficiaba como tal, además de ser intérprete. Es por eso que realizó un exorcismo en el lugar, debido a que la presencia de los cadáveres reales hacía que el ambiente se sintiera pesado. Poco antes de morir contó que se sintió mejor después de esta práctica espiritual, y que sus compañeros de rodaje le agradecieron por lo que hizo.

En base a todo esto en 2015 se estrenó el documental televisivo «La maldición de poltergeist» dedicado a contar y magnificar todos los sucesos extraños sucedidos en la trilogía.

Después se sucedieron una serie de remakes desteñidos de la primera película dirigidos por Gil Kenan que no le llegarían ni a la suela del zapato a las producciones originales.

Así pues, la serie de muertes prematuras que se sucedieron durante la saga conmocionaron, sin duda, a la industria del cine y sus fans y, al igual que pasó con El exorcista, quedó archivada como una de las grandes joyas del cine de terror malditas. Pero sea casualidad o no todos estos hechos trágicos, lo que no podemos obviar es que Poltergeist a día de hoy sigue teniendo ese algo oscuro que hace que más de uno se agarre a su asiento, abrace a la persona que tiene a lado, aguante la respiración o presente insomnio a la hora de dormir mientras imagina ese ente que puede salir de la vieja televisión…

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